Hace
cien años, un grupo de obreros pampinos encabezados por Luis Emilio
Recabarren fundó en las oficinas salitreras de Tarapacá el Partido
Obrero Socialista, POS. La creación del POS es un hito dentro del
proceso de maduración política del proletariado chileno, pues se
trata de la primera organización política clasista de que se dotó
la clase obrera.
Los fundadores del POS provenían del Partido Demócrata, PD, una agrupación política surgida a fines del siglo XIX. La motivación principal de los pampinos para abandonar el Partido Demócrata y fundar el POS, fue que llegaron al convencimiento de la necesidad de que los trabajadores tuvieran su propio instrumento político. Estaban cansados de los constantes pactos sin principios, puramente electoralistas, del PD con los partidos burgueses, donde los intereses de los trabajadores acababan subordinados a los intereses de las distintas fracciones burguesas.
Los fundadores del POS provenían del Partido Demócrata, PD, una agrupación política surgida a fines del siglo XIX. La motivación principal de los pampinos para abandonar el Partido Demócrata y fundar el POS, fue que llegaron al convencimiento de la necesidad de que los trabajadores tuvieran su propio instrumento político. Estaban cansados de los constantes pactos sin principios, puramente electoralistas, del PD con los partidos burgueses, donde los intereses de los trabajadores acababan subordinados a los intereses de las distintas fracciones burguesas.
Ya
desde su tiempo de militante demócrata, Recabarren había
establecido lazos con el movimiento socialista internacional. El POS
continuó esa tradición, involucrándose en los debates políticos
de la II Internacional, en los que se alineó con las corrientes
internacionalistas que posteriormente darían origen a la III
Internacional, la Internacional Comunista o Kommintern, fundada por
Lenin en 1919.
Al
producirse la Revolución de Octubre, el POS apoya en forma
entusiasta a la causa bolchevique. Recabarren participará en la
fundación del Partido Socialista Internacionalista de Argentina –
el que posteriormente, al adherir a la III Internacional, se pasará
a llamar Partido Comunista Argentino–, nacido de la escisión de
ala internacionalista del Partido Socialista de ese país, en Enero
de 1918 y fue miembro de su Comité Central. En dicha calidad,
Recabarren participó activamente de los debates del socialismo
revolucionario en contra de las corrientes reformistas.
Estos
debates dejarán una profunda huella en el pensamiento político de
Recabarren y del POS, en especial tras la transformación de este
partido en Partido Comunista de Chile, sección chilena de la III
Internacional. En sus escritos de los años veinte, Recabarren
adoptará importantes elementos de la visión política leninista:
entiende que la participación en los parlamentos burgueses debe ser
para ser transformados en tribuna de agitación y propaganda de los
principios revolucionarios entre los trabajadores. El propio
Recabarren dirá: “el objeto que nos lleva al Parlamento, a la
Cámara de Diputados o al Senado, es única y exclusivamente
conquistar una posición más para nuestra propaganda revolucionaria,
antiparlamentaria, anticapitalista, y de ataque directo al estado
burgués y a sus instituciones decrépitas”, agregando “el
representante comunista en la Cámara, sigue siendo
antiparlamentario, sigue combatiendo el parlamentarismo y sus ideas
en el Congreso”.
Tampoco
Recabarren se hará ilusiones con la institucionalidad burguesa. En
su “Proyecto de Constitución para la República Federal Socialista
de Chile”, Recabarren reconoce la necesidad de desalojar por la
fuerza a la burguesía del poder: “Una huelga que paralice las
industrias vitales del país y que produzca como triunfo la
intervención, el control y participación en su administración de
los obreros organizados, puede ser un paso directo para llegar a la
dirección absoluta de las industrias por la organización obrera”.
Recabarren
pone como actor principal de la lucha revolucionaria no al partido,
sino a las organizaciones autónomas del proletariado. En el mismo
proyecto de constitución federal socialista, establece que “la
Federación Obrera de Chile, que es la fuerza vital, y que tiene en
su programa esta aspiración de perfeccionamiento y libertad, habrá
de orientarse bien pronto a escoger y utilizar todos los medios de
que pueda disponer para llegar cuanto antes a la «socialización»
de esta República”.
El
PC -que hasta la caída del campo socialista europeo siempre celebró
como su fecha de fundación el 2 de enero de 1922, fecha en la que el
IV Congreso del POS aceptó formalmente su incorporación a la
Internacional Comunista- adoptó en los años 90 la decisión
política de fijar la fecha de fundación del POS como su propia
fecha de fundación oficial. Como decisión política, corresponde
más a una renovación del Mito Fundacional, severamente dañado por
la caída de la URSS, que a un acto de justicia histórica, como se
calificó entonces.
En qué medida el PC es continuador del POS es un tema discutible. Hay elementos de continuidad, pero también de profunda ruptura. Cuando se produce el proceso de estalinización del PC, eufemísticamente llamado "bolchevización", desde fines de los años 20 hasta inicios de los años 30, Luis Emilio Recabarren fue violentamente descalificado y basureado. Posteriormente el PC recupera la figura de Recabarren, pero sólo como un ícono, como un gran organizador pero descalificando hasta el día de hoy su pensamiento político. A fines de abril de este año, Juan Andrés Lagos, uno de los ideólogos del viraje derechista del PC, mantenía esa descalificación, aunque en términos bastante diplomáticos: "es impresionante lo que significa que un grupo de pensadores y personas que asumieron la construcción del procesos inicial y que fueron encabezados por Recabarren sin tener, sin tener la posibilidad de un apertrechamiento teórico, ni siquiera un conocimiento teórico con todo esto, porque no lo tuvieron, no tuvieron esa posibilidad".
Lagos no hace más que continuar la tradición del PC respecto de Recabarren. El principal historiador del PC, Hernán Ramírez Necochea, afirma en su obra clásica "Orígenes y formación del Partido Comunista de Chile" que hasta la estalinización -llamada por él, usando la nomenclatura oficial, "bolchevización"- no era un Partido Comunista propiamente tal, porque el PC no estaba apertrechado de la teoría de la revolución por etapas ni de la estructura orgánica adecuada (léase vertical y rígidamente subordinada al Kommintern, ya controlado por Stalin y desnaturalizado de su misión original). Ante ello, Recabarren quedó entonces oficialmente reducido a "gran organizador y educador", pero su pensamiento político fue abandonado.
En qué medida el PC es continuador del POS es un tema discutible. Hay elementos de continuidad, pero también de profunda ruptura. Cuando se produce el proceso de estalinización del PC, eufemísticamente llamado "bolchevización", desde fines de los años 20 hasta inicios de los años 30, Luis Emilio Recabarren fue violentamente descalificado y basureado. Posteriormente el PC recupera la figura de Recabarren, pero sólo como un ícono, como un gran organizador pero descalificando hasta el día de hoy su pensamiento político. A fines de abril de este año, Juan Andrés Lagos, uno de los ideólogos del viraje derechista del PC, mantenía esa descalificación, aunque en términos bastante diplomáticos: "es impresionante lo que significa que un grupo de pensadores y personas que asumieron la construcción del procesos inicial y que fueron encabezados por Recabarren sin tener, sin tener la posibilidad de un apertrechamiento teórico, ni siquiera un conocimiento teórico con todo esto, porque no lo tuvieron, no tuvieron esa posibilidad".
Lagos no hace más que continuar la tradición del PC respecto de Recabarren. El principal historiador del PC, Hernán Ramírez Necochea, afirma en su obra clásica "Orígenes y formación del Partido Comunista de Chile" que hasta la estalinización -llamada por él, usando la nomenclatura oficial, "bolchevización"- no era un Partido Comunista propiamente tal, porque el PC no estaba apertrechado de la teoría de la revolución por etapas ni de la estructura orgánica adecuada (léase vertical y rígidamente subordinada al Kommintern, ya controlado por Stalin y desnaturalizado de su misión original). Ante ello, Recabarren quedó entonces oficialmente reducido a "gran organizador y educador", pero su pensamiento político fue abandonado.
Al
definir a toda la etapa anterior a la “bolchevización” como una
especie de prehistoria del PC, Ramírez Necochea reconocía
implícitamente que el PC tenía muchos más elementos de ruptura que
de continuidad con la historia del Partido Obrero Socialista. Por
ello, en términos políticos y no hagiográficos, el PC, en su forma
actual, aparece recién a inicios de los años 30, en la coyuntura
política 1932-1935, coyuntura que se inicia con la “República
Socialista” y termina con la adopción de la política del Frente
Popular dictada por el VII Congreso de la Internacional Comunista, ya
convertida en títere de Stalin.
Con
el frentepopulismo, el PC rompe con los principios de independencia
de clase que estuvieron en la fundación del POS; rompe también con
todo el aprendizaje revolucionario que hizo el POS de la mano de
Recabarren, que le hizo imbuirse de lo más avanzado de la teoría
política revolucionaria, representada por los primeros años del
Kommintern.
Como
dijimos arriba, Recabarren y el POS se nutrieron fuertemente de los
debates político-teóricos tanto de la II Internacional como de la III Internacional. Recabarren
participó en el IV Congreso de la Internacional Comunista -el último
en vida de Lenin- que adoptó la primera resolución sobre "América
del Sur". Decía dicha resolución que las burguesías de
"América del Sur" eran demasiado débiles y sólo
apéndices del imperialismo, por lo que el proletariado debería
buscar sus aliados en los campesinos y otras capas sociales
explotadas; una caracterización en las antípodas de la
caracterización estalinista del carácter agrario, anti feudal y por
etapas de la revolución, en que se propugnaba construir alianzas con
la burguesía nacional. Ésta es la razón de fondo de la
descalificación de Recabarren: él representaba la maduración y la
adopción del leninismo por el proletariado chileno agrupado en el
POS.
Celebrar el 100° aniversario de la fundación del POS significa, en este momento histórico, manifestar la voluntad de reapropiarse de esos aprendizajes que hizo hace un siglo el proletariado chileno, porque se ha puesto de nuevo en el tapete la necesidad histórica de una dirección política revolucionaria de los trabajadores y de todos los explotados.
Celebrar el 100° aniversario de la fundación del POS significa, en este momento histórico, manifestar la voluntad de reapropiarse de esos aprendizajes que hizo hace un siglo el proletariado chileno, porque se ha puesto de nuevo en el tapete la necesidad histórica de una dirección política revolucionaria de los trabajadores y de todos los explotados.
Iván Vitta